Los informes periciales psicológicos para los procesos de custodia compartida se consideran decisivos para lograr los objetivos establecidos.
El modelo de Custodia Compartida responde al concepto de corresponsabilidad parental, es decir, la implicación de ambos progenitores en la crianza de los hijos. Los padres se reparten la responsabilidad de la educación y el cuidado de éstos, siendo que ambos se mantienen como cuidadores y figuras educativas, garantizando así la proximidad emocional de los dos con sus hijos. Para conseguirlo es necesario que ambos padres convivan con los hijos.
En la mayoría de ocasiones, después de una separación la pareja no sabe qué camino debe seguir, o cuál es el más adecuado. También es muy posible que tras tomar una primera decisión, no se llegue a un acuerdo sobre los términos y se recurra a la vía legal.
En estos dos casos la figura del psicólogo cobra mucha importancia. Es el momento en que hay que recurrir a un profesional para que intervenga.
Es por ello que en los casos de divorcio conflictivo con disputas por la custodia de los menores, resulta fundamental una adecuada evaluación psicológica de ambos progenitores, a fin de facilitar la labor de decisión al juzgador en cuanto a la capacidad de cada uno de ellos para proveer a los niños de unos cuidados adecuados, sabiendo identificar y atender sus necesidades afectivas y manteniéndolos al margen del conflicto conyugal.
La influencia del informe psicológico en la sentencia sobre la custodia
Es cierto que el Juez no queda vinculado por la propuesta de custodia que se haga en el Informe psicológico, pudiendo dictar una sentencia contraria a lo que se propone en el mismo, pero la práctica diaria en los Juzgados nos demuestra que esto solo se da en casos muy aislados y que, en la inmensa mayoría de los casos, la sentencia suele establecer la el régimen de custodia que propone el Informe psicológico.
Cuánto puede influirte un informe psicológico
Para que el juez tome decisiones necesita que un perito psicólogo o psicólogo forense evalúe y valore el caso de forma mas rigurosa y desde una orientación psicológica. En concreto sobre sobre las habilidades comunicativas, actitudes de personalidad y hábitos parentales de los interesados. Esta evaluación psicológica estará peritada con un informe, en el que se le recomendará al juez si conviene o no. Por tanto, favorece una mayor rapidez a la hora de tomar decisiones.
Conviene destacar que un psicólogo forense también es capaz de detectar posibles demencias y discapacidades. Estas pueden significar la incapacitación o no para el ejercicio de la guarda y custodia. Las mismas también serán comunicadas al juez. En este contexto de asuntos civiles el psicólogo o psiquiatra forense también es consultado en casos de padres adoptivos en procesos de adopción. Asimismo, en incapacitaciones de personas por enfermedad mental.
Es mucho, por tanto, lo que pueden influir los especialistas en peritajes forenses. Mediante la evaluación psicológica plasman en qué medida se cumple la supuesta idoneidad de ambos progenitores para tener una custodia compartida.
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