El impacto de las lesiones: ¿qué son los daños físicos y morales? | SteinSperling - Abogados

 

La Valoración del Daño Corporal (VDC) es una actividad médica que se encuadra en la Medicina Legal y que tiene por objeto la evaluación de las lesiones, secuelas, menoscabos, perjuicios, dolores, molestias o incapacidades que pueda padecer una persona como consecuencia de un suceso lesivo determinado, habitualmente accidental (accidente de tráfico o laboral, contingencia profesional, prácticas deportivas, lesiones domésticas, negligencias médicas, etc.), así como de enfermedades graves y crónicas.

 

Algunos factores que se tienen en cuenta para la valoración del daño corporal

 

En la cuantificación o valoración de las lesiones se tienen en cuenta, además de las secuelas, otros factores como:

 

  • Días de curación

  • Días de impedimento para desarrollar las actividades laborales

  • Días de hospitalización

  • Profesión

  • Ingresos que se percibían antes de sufrir el daño

  • Edad

  • Necesidades de cuidado por una tercera persona

  • Gravedad e intensidad de la lesión

 

Dependiendo de la causa y de la naturaleza de la lesión se originará un daño corporal que tendrá un tratamiento penal, civil, administrativo o contractual.

Corresponde al perito médico determinar la naturaleza del daño corporal, sus manifestaciones, tiempo de curación, tratamientos empleados, secuelas, si las hubiese, repercusiones a nivel laboral, social y familiar.

Corresponde al juzgador la valoración del daño corporal, apoyado en el peritaje médico y cuantificar las penas, indemnizaciones y responsabilidades.

 

 

La finalidad del Perito Médico

 

La finalidad del perito médico valorador del daño corporal, consiste en asesorar con sus conocimientos, los problemas que se planteen en relación con la salud de una persona, desde los distintos campos de la medicina y su aplicación legal.

El perito médico determina las alteraciones anatómicas o funcionales de la integridad física, así como, las alteraciones psíquicas y las repercusiones derivadas de las mismas, que es preciso valorar de forma cualitativa y cuantitativa, para el resarcimiento total.

 

 

La cuantificación de las incapacidades

 

Así como se debe clasificar la incapacidad física para poder ubicarnos dentro del contexto de la misma y saber de qué estamos hablando, también es necesario cuantificarlas, para lograr una valoración exacta de su grado de repercusión sobre las posibilidades de desenvolvimiento de la persona afectada por una incapacidad, y el resarcimiento justo del daño que realmente recibió.

Para cuantificar las incapacidades físicas se parte de la base de tomar a la persona sana como poseedora de un 100% de capacidad física, cifra tan explícita que ha recibido el nombre de Valor Vida.

De tal modo que cualquier incapacidad que se evalúe, se lo hará con referencia a una parte porcentual de ese 100%, pero visto ahora — desde el extremo opuesto teórico — como el máximo de pérdida posible de la capacidad física, conocido más técnicamente como la Incapacidad Laboral Total ó Incapacidad Laboral Total, en una clara alusión a un criterio de valoración mediante la referencia a la capacidad de hacer que tiene físicamente la persona humana.

Así suele decirse, por ejemplo, que un lesionado, que ha perdido la función de un miembro en un monto del 35% de la Incapacidad Laboral Total, presenta un 35% de incapacidad.

 

 

 

 

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